Como Identificar Un Buen Vino Tinto?
Fermin De Marco
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En el mercado hay una gran variedad de vinos y no siempre sabemos cuál es el que mejor. De ahí que, en algunas ocasiones, habiendo dedicado mucho tiempo, dinero y esfuerzo a preparar una gran velada, nos encontremos con un vino que no está a la altura.
- Para que no te vuelvas a ver en esta situación, lo mejor es que aprendas varios trucos con los que poder reconocer un buen vino.
- Para ello en WINERY ON hemos redactado el siguiente artículo en el que te daremos algunas claves.
- Lee con atención y comienza a aplicar desde hoy mismo cada uno de nuestros consejos.
Tus comidas y cenas con amigos y familiares serán un éxito mayor a partir de entonces. CLAVES PARA CONOCER UN BUEN VINO Según los sumilleres más prestigiosos, hay una serie de características que unen a los vinos de buena calidad. Prestar atención a estos pequeños detalles a la hora de escoger puede darnos la clave del éxito.
¿Cómo se ve la calidad de un vino?
PARA beber y disfrutar del vino no es necesario el conocimiento; el conocimiento viene cuando el gusto por el vino se adueña del paladar. Habrá oído muchas veces decir “yo no entiendo de vinos, pero sé cual me gusta y cual no”; o “me da igual el vino que me pongan, total, yo no entiendo”.
Pues hagan el experimento: pongan dos botellas abiertas en una mesa, una de un vino mediocre y otra de un gran vino, tapando las etiquetas. Les aseguro que la segunda se acabará antes que la primera. Nadie necesita tener un máster en jamones para preferir un pata negra de bellota a un recebo. En vinos, tampoco.
Hoy les dejo varias claves para, sin ser un experto, saber si nos encontramos o no ante un vino de calidad. Y les adelanto: el precio de la botella no siempre es un buen indicador. Ciertamente, hay muchos vinos que valen lo que cuestan, pero también otros con precios que no son justificables salvo por una moda pasajera de la bodega o de la marca u otras razones más o menos peregrinas.
Siga estas pautas, que corresponden a las diferentes fases de la cata (visual, olfativa y gustativa) y tendrá menos posibilidades de equivocarse.1º- El color: debe corresponderse con el tipo de vino; en caso contrario, puede ser indicativo de un problema. Hay variedades de uva que tienen pieles más gruesas o más finas, en función del clima, de la altitud, de la exposición a rayos ultravioletas y de ello dependerá el color del vino.
Así, un tempranillo, por ejemplo, tiene más tonos violáceos que un Cabernet y un Cabernet tiene más profundidad de color que un Pinot Noir. Normalmente, un blanco joven debe ser de un amarillo pálido, pajizo. Como un tinto con muchos años en barrica obtendrá un color más apagado, con un rojo teja, tenderá a anaranjado.
En general, los blancos se oscurecen con el paso del tiempo (se vuelven más dorados) y los tintos se vuelven más claros (van de un rojo-picota con bordes violetas a un color caoba o atejado). Un vino blanco joven muy subido de color es posible que esté oxidado, al igual que un tinto de relativa juventud con matices anaranjados.2º- Los posos: al contrario de lo que pueda parecer, los posos en un vino son más una virtud que un defecto, ya que son consecuencia de una sustancia que existe de forma natural en el vino, los bitratratos, una sal que, como tal, precipita en forma de cristales que se depositan en el fondo de la botella, siempre y cuando ésta haya sido tratada y almacenada de forma correcta.
Por lo tanto, los posos son señal de buen envejecimiento y buena conservación. A pesar de ello, es desagradable que caigan en la copa y lleguen a nuestra boca al beber, por lo que en estos casos se recomienda una decantación previa del vino.3º- Aromas primarios: la palabra “aroma” suele referirse a sensaciones placenteras derivadas de la elaboración, mientras que la palabra “olor” suele referirse a sensaciones desagradables procedentes de defectos del vino.
¿Qué significa el fondo de la botella de vino?
Es una de las características de las botellas de vino: la forma convexa que tiene su base. Esta curva, que en términos vinícolas se llama ‘picada’, no se ha elegido al azar, sino que hay razones -sobre todo científicas- que la explican. Fue en el siglo XVIII cuando se generalizó el uso de botellas de vidrio para conservar el vino,
En aquel entonces, la fabricación de las botellas era artesanal y hacerlas con el fondo liso resultaba muy difícil a los sopladores de vidrio. La curva del fondo, además, hace la botella más resistente, Gracias a ella aguanta mejor la presión del interior, algo que resulta casi imprescindible en las botellas de vinos espumosos, donde el gas podría reventar una botella más frágil.
Además, al tener un fondo más pesado, la botella es más estable y es más difícil derribarla. El peculiar culo de estos recipientes, además, ayuda a que los posibles sedimentos del vino se queden en los laterales del fondo y no caigan a la copa. Y, como curiosidad, también hace más fácil agarra la botella para servir el vino con la elegancia del mejor de los camareros.
¿Qué diferencia hay entre un vino de crianza y un reserva?
Fermentación – Otra diferencia importante en estos vinos se produce en la fermentación, cuando elaboramos un vino joven, se suelen realizar fermentaciones donde no se macera de forma muy potente las pieles y el mosto, con temperatura de fermentación bajas para mejorar los aromas afrutados de los vinos y que la boca no sea muy astringente, buscando vinos suaves y aromáticos. Si el vino es crianza lo más habitual es que este en la barrica un periodo mínimo de 6 meses y otros seis meses en la botella. Mientras que si es reserva lo normal es que el vino este 12 meses en la barrica y 12 meses en la botella antes de salir al mercado.