Comidas Que Combinan Con Vino Tinto?
Fermin De Marco
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Son de fácil maridaje – Quesos, ¡Qué gran pareja de baile! Parece un tópico, pero lo cierto es que se llevan de miedo. Por ejemplo, los quesos grasos empatan de miedo con los vinos tintos más astringentes. Los de pasta blanda funcionan con un tinto joven o con un blanco con cierta estructura, mientras que algunos potentes como el Cabrales o el Gruyère funcionan bien con espumosos, por aquello de limpiar el paladar entre bocado y bocado.
] Carne roja, ¿Alguien concibe un chuletón o un estofado sin una copa de tinto al lado? El primero soportará vinos con algo de barrica, para que sus notas de madera acompañen la carne hecha al punto. En el segundo caso, si elegimos tintos complejos y potentes es casi seguro que no nos estaremos equivocando: este tipo de vinos complejos acompañan y envuelven los guisos más contundentes.
] Marisco, Da igual que tengamos en el plato berberechos, almejas o langostinos, un vino blanco joven y fresco siempre es el acompañante ideal para no empañar su sabor a mar. Otra opción que siempre funciona es la del cava, que por su carácter seco y su acidez combina perfectamente.
- ] Guisos de legumbres,
- ¿Un cocido? ¿Una fabada? Los guisos de legumbres piden a gritos una copa de vino pero, ¿cómo debe ser esta? Suelen ser platos contundentes, donde tienen presencia también embutidos como el chorizo o el tocino.
- Vinos tintos potentes y estructurados (crianzas o reservas) suelen ser los más indicados, por su concentración de taninos, para lidiar con la grasa y la untuosidad del plato de cuchara.
] Aves, Podemos establecer aquí varias categorías. Por un lado, estarían los embutidos de ave que funcionan con vinos blancos jóvenes y frescos. Los estofados de pollo o pavo admiten rosados o blancos ligeramente afrutados, salvo que lleven algún tipo de salsa, momento en el que podremos introducir algún tinto joven.
¿Cuál es la forma correcta de tomar una copa de vino tinto?
15 Ene Cómo sujetar correctamente la copa de vino – Escrito a las 22:16h en Consejos sobre vino A primera vista puede parecer que la correcta sujeción de una copa de vino no tiene importancia. En eventos, cocktails, cenas de empresa o situaciones que requieren cierto protocolo suele beberse vino, y sujetar la copa de manera correcta otorga elegancia y clase, además de dejar a la vista si eres un entendido en vinos o no.
Así pues, ¿cuál es la mejor manera de sujetar la copa ? Para entender el porqué de la sujeción correcta tenemos que saber que las copas de vino están diseñadas para estimular y acrecentar el sabor y la fragancia del vino que vamos a tomar. Las copas están formadas por tres partes: el cáliz (parte superior, donde se vierte el líquido), la base y el tallo (que conecta el cáliz con la base).
Hay diferentes tipos de copa según el vino, pero en general, una copa de tallo largo y cáliz aglobado es suficiente. En excepción, los vinos espumosos necesitan una copa más aflautada para que las burbujas puedan subir y el receptor tenga una experiencia visual y olfativa completa.
- Si sujetamos la copa por el cáliz, lo único que vamos a conseguir es que el vino se caliente porque transmitiremos nuestro calor corporal al cristal.
- Teniendo en cuenta que para apreciar bien un vino hay que tomarlo a su temperatura óptima, esta opción no es recomendable.
- Además, la copa va a ensuciarse por el contacto de nuestros dedos, por lo cual no se va a distinguir bien el contenido de ésta.
Por otro lado, desde el punto de vista estético, no está muy bien visto tomar la copa por el cáliz. La única copa que puede sujetarse por el cáliz es la de brandy o coñac, que se cubre con la mano para mantener las características del líquido. La forma correcta de sostener la copa es por el tallo con las yemas de los dedos.
De este modo no alteramos la temperatura del vino ni, por ende, su aroma y sabor. Además, no ensuciamos la copa, que se ve transparente y limpia, de manera que puede apreciarse su contenido correctamente. Esta sujeción proporciona un mayor equilibrio a la hora de beber, también permite inclinar la copa cómodamente para ver el color del vino o agitarla para resaltar sus aromas sin que salte ninguna gota.
Hay que tener cuidado con la colocación de los dedos, especialmente del meñique, para que no quede estirado hacia fuera. Es mejor colocarlo en la parte trasera del tallo. Sostener la copa por el pie queda reservado, generalmente, a expertos catadores y sumillers, ya que de esta manera consiguen apreciar mejor la textura y el color del vino.
¿Qué pasa si mezclo sandía con vino?
Si tenés sólo unos segundos, leé estas líneas: –
Hay una creencia instalada sobre las consecuencias negativas, incluso fatales, de tomar vino si se come sandía. La combinación no sólo no es mortal, sino que puede tener efectos afrodisíacos.
Desde el entumecimiento del estómago hasta un envenenamiento de la sangre por reacciones químicas. Todo eso puede pasar luego de tomar vino con sandía, según la creencia popular. En ambos casos, según algunos, el resultado sería fatal, El efecto de la mezcla, sin embargo, está lejos de la muerte,
Así lo explicó Facundo Di Génova, autor del libro “El barman científico” de la colección Ciencia que Ladra: ” El vino no sólo tiene alcohol etílico sino que tiene glicerina, la sandía un aminoácido L-arginina, que es vasodilatador en el ser humano (). En el estudio de este aminoácido unos científicos que ganaron el Nobel dieron con el origen del Viagra, de alguna manera, la sandía tiene el principio activo del Viagra “.
Por esto, “la sandía con vino no sólo no te mata, sino que encima promueve el sexo”, concluyó Di Génova. Una explicación para los inicios del mito es que al meter un trozo de sandía en un vaso de vino, la fruta se endurece, La creencia entonces sería que al ingerir ambos productos juntos, la sandía se endurecería en el estómago,
” El estómago es un medio diferente a un vaso, Tiene ácido, tiene pepsina, tiene todas las sustancias necesarias para que nosotros podamos digerir adecuadamente los alimentos. Por eso es que el ser humano puede comer cosas tan variadas”, analizó Henry Cohen, presidente de la Organización Mundial de Gastroenterología.
El también director de la Clínica de Gastroenterología del Hospital de Clínicas de Uruguay coincidió en que se trata de un mito, y agregó que “por supuesto, si te comés una sandía entera y te tomás dos litros de vino en pleno verano te puede caer mal, pero seguramente tampoco te vas a morir, y tampoco va a explotar nada dentro de tu abdomen”.
Otro origen posible para el mito remite a una ola de violaciones en un monasterio del siglo XIX, donde el clero apuntó al resultado de esta mezcla y la condenó, El que juntara vino con sandía sería enviado al infierno, lo que con el tiempo derivó en que quien hiciera esa ingesta moriría. Pese a estas explicaciones, no hay certezas sobre cuál fue el origen ni la época en que empezó el mito,
Lo cierto es que lejos de estas ideas, existen tragos que juntan los elementos supuestamente prohibidos y nocivos : hay quienes realizan sangría con la sandía, o incluso producen un vino derivado de esta fruta. Mitos ¿Te gustó esta nota? Ayudanos a mantener este proyecto.